La cobertura depende del plan que elijas, pero generalmente incluye consultas médicas, hospitalización, medicamentos, exámenes de diagnóstico y ciertos procedimientos quirúrgicos. Algunos planes también ofrecen beneficios adicionales, como atención preventiva y chequeos anuales. Es importante revisar los detalles específicos de cada plan para asegurarte de que se adapte a tus necesidades.

Un seguro de salud básico generalmente cubre situaciones de emergencia y hospitalización, pero puede tener limitaciones en consultas, medicamentos y procedimientos. Un plan completo ofrece una cobertura más amplia, incluyendo atención ambulatoria, consultas con especialistas y, en muchos casos, cobertura internacional. Es ideal para quienes buscan una mayor protección.

En algunos planes, puedes asistir a cualquier clínica o médico de tu preferencia, pagar los gastos y luego solicitar el reembolso. Solo necesitas presentar los documentos necesarios, como facturas y recetas, y el seguro te reembolsará según los términos de tu póliza. Otras veces, los planes tienen redes de proveedores donde puedes recibir atención sin tener que adelantar el pago.

Sí, muchos de nuestros planes de seguro permiten incluir a familiares directos, como cónyuge e hijos, en la misma póliza, lo que facilita la protección de toda la familia. Hay planes familiares específicos que pueden ofrecer mejores beneficios y precios al agrupar a tus seres queridos en un solo plan.